Los mozos de Trillo consiguieron colocar el mayo en la plaza Mayor del pueblo en la madrugada del primer día de este mes, cumpliendo así con esta arraigada tradición popular.
Lo hicieron rozando las 02.30 horas del 1 de mayo y no sin un enorme esfuerzo por parte de todos los participantes -incluso algún percance sin consecuencias-, una treintena de hombres jóvenes y no tan jóvenes -entre ellos los concejales Pablo Sancho y Sergio Recuero-, que tuvieron que recortar en varias ocasiones el enorme chopo escogido en la ribera del Tajo, pues, dadas sus dimensiones y la escasez de asistentes, fue imposible plantarlo con sus medidas iniciales, que alcanzaban los más de 15 metros de altura.
Así, tras más de tres horas de trabajos, primero para elegir el chopo, después para cortarlo con el hacha y subirlo a la plaza y, por último, para colocarlo en el agujero preparado en el suelo de la plaza Mayor, los hombres trillanos -y apenas un par de mujeres en esta ocasión- lograron su hazaña, que lucirá durante todo este mes en el centro de Trillo.
Junto a la colocación del mayo, también se cumplió con la tradición de cantar a la Virgen a las puertas de la iglesia. También con menor afluencia que en ediciones anteriores, apenas un puñado de trillanos, junto a su párroco, Théophile Niyonsenga, entonaron los tradicionales cánticos de los mayos acompañados por dos guitarras y el espíritu común de intentar no perder esta tradición, una de las más antiguas de Trillo.
Lejos queda sin embargo la fiesta que los mayos solía ser antiguamente, una de las más bonitas y esperadas en el pueblo, sobre todo por sus jóvenes, que encontraban en ella la manera de dirigirse a la moza que querían cortejar. Cantos, ronda, baile en la plaza, diversión, vecindad y prácticamente tres días de celebraciones que culminaban el día 3 con la fiesta de la Cruz de Mayo, y de las cuales apenas queda un leve recuerdo que a punto está también de borrarse si no se consigue una mayor participación por parte de los vecinos y vecinas del municipio.
Al término de los actos, los asistentes pudieron disfrutar de licores y pastas a las puertas de la iglesia, donde el Ayuntamiento de Trillo instaló unas mesas para endulzar la noche trillana, que estuvo fresca y con algún intento de llovizna, pero agradable.