Trillo vivió la fiesta de San Isidro más parecida a como venía siendo antes de la pandemia: con una ermita de la Virgen del Campo casi llena durante la ceremonia religiosa, con amenaza de lluvia y tormentas que finalmente sí hicieron acto de presencia, con la posterior procesión y subasta librándose de ellas, con el tradicional reparto del pan y el vino por parte de la Comunidad de Regantes del municipio y prácticamente sin mascarillas -aunque muchos asistentes sí las usaron en el interior de la iglesia-.
El pueblo ha recuperado así una de sus fiestas más queridas y arraigadas, después de que hace dos años no se celebrara y el año pasado, a causa del COVID, apenas se pudo disfrutar de la misa y la procesión, por supuesto, con mascarillas y distancia de seguridad.
La ceremonia religiosa comenzaba a las 12.30 horas, cuando las nubes presagiaban una inminente tormenta. Minutos después, mientras el párroco de Trillo, Théophile Niyonsenga ofrecía la eucaristía, la lluvia caía, con fuerza en algunos momentos, sobre la explanada de la ermita. Sin embargo, terminada la misa escampó, por lo que fue posible sacar las imágenes de San Isidro y Santa María de la Cabeza y la Virgen del Campo en procesión por los alrededores.
Los campos lucían en todo su esplendor mientras el sacerdote los bendecía, como es tradicional, durante una parada de la procesión, con el objetivo de asegurar buenas y abundantes cosechas. Ante la mirada y escucha del presidente de la Comunidad de Regantes, José Miguel Bachiller, el alcalde de Trillo, Jorge Peña, varios concejales y más de un centenar de fieles trillanos, Niyonsenga esparcía el agua bendita sobre la tierra.
Al término de la procesión, se llevó a cabo la tradicional subasta a las puertas de la ermita. Además de las andas y los aparejos de labranza de San Isidro, también se subastaron los típicos roscos y, por supuesto, la posibilidad de guardar en la iglesia, de vuelta, el ramo de la Virgen del Campo, su rosario y el Niño Jesús. Como también es tradicional, fue el Niño el que alcanzó la puja más alta, cediéndoselo al vencedor de la misma por 200 euros.
El reparto del pan y el vino por parte de la Comunidad de Regantes y de un obsequio a todos los asistentes por parte del Ayuntamiento de Trillo dio por terminadas las celebraciones por San Isidro, que muchos grupos de amigos y familias prosiguieron allí mismo, en las mesas distribuidas a lo largo y ancho de la explanada de la ermita, comiendo y disfrutando de una jornada en la que la lluvia volvió a aparecer en varias ocasiones.
Romería de la Virgen de Montealejo en La Puerta
En similares circunstancias se celebró la festividad de la Virgen de Montealejo, en la pedanía trillana de La Puerta. A la misma hora que comenzaba en Trillo la misa arrancaba en La Puerta también, momento en el que, de igual modo, una tormenta descargó sobre las inmediaciones de la ermita ubicada en pleno campo.
También respetó la lluvia la salida en procesión de la Virgen, que fue sacada a hombros por las fieles del pueblo, así como la posterior subasta que se llevó a cabo a la entrada de la iglesia. De igual modo, entre llovizna intermitente y resguardados con toldos y sombrillas, los vecinos de La Puerta disfrutaron de una agradable jornada en plena naturaleza. En su caso, el Ayuntamiento de Trillo también hizo entrega de un pequeño obsequio a todos los asistentes.