La fiesta de los Mayos no se pudo celebrar ni en 2020 ni en 2021 a causa de la pandemia del COVID. Sin embargo, el Ayuntamiento de Trillo quiso mantener viva la tradición colocando la maya, un árbol de chopo, con ayuda de los trabajadores municipales en el centro de la plaza Mayor. Así ha sido durante los dos últimos años, pero se espera que este sábado, 30 de abril, cerca de la madrugada, esta bonita tradición regrese al corazón de la localidad.
Con este objetivo, se convoca a los vecinos del municipio a acudir a las inmediaciones de la iglesia y el Ayuntamiento hacia las 23.00 horas del sábado. Allí, como solía hacerse antaño, se cantarán los Mayos a la Virgen y los mozos colocarán el Mayo en el centro de la plaza. Desde el Ayuntamiento de Trillo, la concejala de Cultura, Mayte Blanco, anima a los trillanos y trillanas a acudir y participar en esta fiesta, "para conseguir mantener y conservar esta tradición tan especial de nuestro municipio".
Se trata sólo de la pequeña parte que ha quedado de esta tradición, mucho más extensa y divertida hace décadas. Concebida como una fiesta que celebra la llegada de la primavera y el buen tiempo, antaño se erigía como una de las fechas más señaladas en el calendario de los mozos y mozas, que encontraban en ella el momento de hacer valer sus aspiraciones de noviazgo, además de un motivo de fiesta y alegría.
Una tradición antaño más extensa y divertida
Como recuerdan los mayores del municipio, prácticamente desde el momento en que comenzaba a anochecer, en la tarde del 30 de abril, los vecinos empezaban a congregarse en los alrededores de la iglesia, donde, primero, se cantaban los mayos a la Virgen. De esta tradición participaba todo el pueblo, mujeres y hombres, jóvenes y mayores. Uno de esos cantos tradicionales decía: A tus puertas gran señora, los mozos hemos llegado, a cantar mil alabanzas, a la Virgen del Rosario. Posteriormente, arrancaba la ronda de los mayos, que consistía en ir de casa en casa, de portal en portal, cantándole, en este caso, a las mozas de cada hogar, y que se dividía en dos: una se encaminaba por el barrio Arriba o barrio antiguo, y otra por la calle de la Vega. Cada joven cantaba a aquella mujer que le gustaba o a la que quería rondar, y con la que quería bailar en el festejo posterior. Entre otras, los mayores trillanos que disfrutaron de aquellos años de tradición recuerdan canciones como Ya estamos a 30 del abril cumplido, alegraos damas, que mayo ha venido; o algunas directamente dirigidas a una moza, como Si quieres saber Fulanita el mayo que te ha caído, Fulanito tiene por nombre, Menganito por apellido…
Pero había otro motivo para realizar la ronda: conseguir los fondos suficientes para celebrar una merienda el día 3, festividad de la Cruz de Mayo. Así, acompañados por sus instrumentos y su alegría, los mozos trillanos iban recogiendo en su recorrido monedas, dulces o aguardiente. Una tercera comitiva de jóvenes solía encargarse de cortar el mayo o maya, un chopo que se seleccionaba del entorno del río y se cortaba para ser plantado en mitad de la plaza Mayor en la misma madrugada del 1 de mayo, donde quedaría colocado durante todo el mes.
Las fiestas del mayo culminaban el día 3, cuando se celebraba una misa en la que se veneraba a la Cruz y en la que se presentaba a los fieles para que pudieran besarla. Ese mismo día, los jóvenes solteros disfrutaban de la merienda conseguida gracias a las aportaciones recabadas durante sus rondas. La jornada terminaba con un baile en la plaza Mayor en el que, en este caso sí, participaban también las mozas. La tradición marcaba que todas ellas debían bailar al menos una pieza con el mayo que las rondó.
De aquella bonita tradición, hoy al menos se espera mantener la de reunirse y conservar todas aquellas canciones de la noche de los mayos.